En primer lugar, según los últimos datos de investigación, sabemos que el lenguaje de los niños con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) se ve afectado en un 40-60 % de los casos (Tannock y Brown, 2003) y casi un 20% de los niños hiperactivos tienen problemas en el lenguaje oral.
El TDAH comienza en la infancia y se define por: inatención, hiperactividad e impulsividad.
Entre los subtipos más frecuentes del trastorno, encontramos:
- Trastorno por Déficit de atención con hiperactividad, tipo Combinado (TDAH-C) en el que aparecen criterios de inatención, hiperactividad e impulsividad.
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo inatento (TDAH-I) en el que predomina la inatención y presentan un tempo cognitivo lento con conducta normal.
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo hiperactivo-impulsivo (TDAH-HI) en el que se da predominio de la hiperactividad e impulsividad, suele aparecer en niños preescolares y ser un signo precoz de riesgo de desarrollo del subtipo combinado.
Habilidades lingüísticas de los niños con TDAH
Los niños con TDAH demuestran, en general, peores habilidades lingüísticas que los niños que no padecen este problema en todos los niveles básicos de la lengua.
Destacamos que, en el nivel fonético-fonológico, existen dificultades de habla hasta edades avanzadas.
Por otra parte, las tareas de reconocer el sonido de las letras resultan especialmente difíciles a los niños con TDAH. A consecuencia de las dificultades en la memoria operativa (capacidad de procesamiento y almacenamiento de información que nos permite realizar cualquier tarea cognitiva compleja como la lectura, el pensamiento o el aprendizaje) y la impulsividad, incluso en los niños más mayores.
Además, estas dificultades en la memoria operativa y la impulsividad, influyen a la hora de hacer frases y aprender vocabulario. En definitiva, todas estas dificultades actúan interfiriendo la comunicación, tanto a nivel expresivo como comprensivo, haciendo que sean menos eficaces en el procesamiento del lenguaje, fundamentalmente en contextos lingüísticamente más exigentes.
Sin embargo, existe una gran variabilidad: desde sujetos que tienen un lenguaje normal, hasta sujetos que desde los criterios de la patología del lenguaje tienen trastornos del lenguaje. Consecuentemente, es necesario llevar a cabo por parte del logopeda una evaluación de los niños con TDAH, una exploración sistemática del lenguaje con el fin determinar dificultades y de valorar riesgos.
Ángela Sánchez
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